Clínica Veterinaria Ercilla
Gonzalo Vicente Anza

 

 

 

AGRESIVIDAD DOMINANTE

     

ALGUNOS ASPECTOS IMPORTANTES

El ejemplar típico es un perro macho, de raza pura, de dos años de edad. Esto no excluye a hembras o animales mestizos pero es menos frecuente.

  • La agresividad dominante puede dirigirse a todos o a algunos de los miembros de la familia.
  • Las circunstancias en las cuales desarrolla la conducta dominante se relacionan con el acceso a "recursos críticos".

Estos son aquellos que favorecen al máximo las probabilidades de un individuo de supervivencia y reproducción. Algunos ejemplos son la comida, el refugio, el agua o el acceso a la pareja favorita. Esta disputa por los "recursos críticos" no ocurre durante el juego puesto que éste se produce en un contexto diferente. Por lo tanto, si el perro percibe que nuestra actitud pone en peligro su control sobre la comida o un lugar favorito en un momento determinado, tratará de hacer valer su superioridad; sin que eso le impida permitirnos lo mismo en otra ocasión.

  1. Un perro que padezca este problema, es un animal que habitualmente gruñe con facilidad al ser molestado mientras duerme o cuando pasamos cerca de él.
  2. Los perros dominantes responden muchas veces de forma agresiva cuando se les mira fijamente. Tampoco permiten que se les sujete del cuello o el hocico.
  3. Normalmente resiste el castigo o las amenazas aumentando su agresividad hacia quien intente dominarlo. Al principio los signos de resistencia con ligeros ( gruñidos, mostrar los dientes, etc ) o aparecen de forma intermitente aumentando progresivamente en frecuencia e intensidad.
  4. Lo que dispara la agresión suelen ser estímulos específicos como intentar acariciarlo, ponerle un bozal o la correa, peinarlo,...
  5. Hay que considerar como una agresión que el perro gruña, enseñe los dientes, insinúe un mordisco o llegue a hacer daño.

POSIBILIDADES DE TRATAMIENTO

El objetivo es INVERTIR la relación de dominancia entre el perro y sus dueños. En este momento "el jefe" es, o intenta serlo, el perro y el tratamiento debe conducir a demostrar al animal que todos los otros miembros de la familia son superiores a él.

  1. En teoría, una confrontación física entre el perro y su amo debería solucionar el problema. Sin embargo deberíamos tener la seguridad de poder vencer antes de intentarlo y ésto no siempre es posible con perros grandes o muy motivados. Tampoco hay que olvidar que normalmente, para cuando lo intentemos, el perro se habrá acostumbrado a vencer en muchas "pequeñas batallas" y sería más fácilmente dominado por un extraño que por su propio amo al que ha vencido tantas veces.
  2. Por tratarse de una conducta típicamente masculina tanto la castración, como la utilización de algunos productos hormonales, pueden ayudar en la solución sin que por sí solos sean capaces de resolver el problema.
  3. Las técnicas de alteración de la conducta son las que ofrecen los mejores resultados. Puede ser necesaria la participación de un adiestrador profesional en algunos casos graves.
  4. El tratamiento consiste en la inversión sutil y paulatina de la situación. Al principio hay que conseguir que el perro obedezca bien cosas sencillas como permanecer echado o sentado durante un rato, acudir a la llamada. Más adelante haremos que el perro se vea obligado a ganarselo todo ( salir de paseo, recibir la comida, caricias,... ); procurando que siempre tenga que adoptar ante nosotros posturas de sumisión. Así le enseñamos que "nada es gratis". Una vez hayamos conseguido algún progreso en situaciones no excesivamente "duras" para él deberemos ir progresando en dificultad.
  5. Es importante que todos los miembros de la familia participen en la "humillación" del perro para que éste se sienta inferior a todos y no solamente frente a quienes le hacen obedecer.

CONSIDERACIONES FINALES

  1. Es poco probable que cualquier tipo de tratamiento haga desaparecer por completo la posibilidad de una reacción agresiva por parte del perro. Podemos conseguir que sean reacciones infrecuentes y menos graves pero pueden volver a repetirse.
  2. Tampoco conseguiremos que una situación mejor para nosotros se mantenga indefinidamente si no mantenemos una ligera "presión" sobre nuestro compañero. Hay que recordarle, mejor diariamente, quién manda, haciéndole ganarse cualquier cosa ( salir de paseo, comer,... ) a cambio de que él tenga que sentarse en un rincón, tumbarse a nuestros pies,....

San Sebastián, 16 September, 2019

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