Clínica Veterinaria Ercilla
Gonzalo Vicente Anza

 

 

Estos souvenirs no, gracias.

     

La costumbre cada vez más extendida de viajar; y hacerlo acompañados por nuestro perro, hace que nuestra mascota esté expuesta a padecer algunas enfermedades que hasta hace unos años eran infrecuentes en nuestros animales pero que últimamente se diagnostican cada vez más. Se trata de enfermedades que se transmiten por picaduras de insectos y que dependen de ellos para su distribución. En países lejanos hay algunas otras, pero las más importantes son dos enfermedades que podemos encontrar en muchas regiones de la península Ibérica, con clima mediterráneo. Estas dos enfermedades son:

  • Leishmaniosis
  • Filariosis o "gusano del corazón"

 

LEISHMANIOSIS

Enfermedad producica por un protozoo, Leishmania donovani, que utiliza como vehículo para su transmisión un tipo de mosquito llamado "flebotomo" o "mosca de la arena". Se trata de una zoonosis, es decir una enfermedad que puede contagiarse de los animales al hombre. En las personas fue durante siglos una plaga en todos los países de las riberas del Mediterráneo. Con dos formas diferentes de presentación: visceral y cutánea, es una enfermedad que no tiene curación definitiva, ni siquiera en los humanos.

 

Como hemos dicho, se transmite merced a la picadura de un insecto y, por tanto, el riesgo de que nuestro perro la contraiga está en relación directa con la exposición a las picaduras. En España es muy frecuente en el valle del Ebro, toda la costa del Mediterráneo, algunas zonas de la comunidad de Madrid o Navarra. De todas formas, hay una gran variación de riesgo entre zonas muy próximas entre sí; dependiendo de la presencia de aguas estancadas, charcas, etc,... que constituyen el hábitat ideal del mosquito.
 
Desde el momento del contagio hasta que se detectan los primeros signos de enfermedad en el perro afectado pueden pasar muchos meses. Al principio de la enfermedad los síntomas son poco claros: abatimiento, algo de fiebre,... En algunos casos se pueden ver manchas depiladas en la piel o ganglios linfáticos aumentados de tamaño. Si su perro ha podido estar expuesto al contagio, adviértalo a su veterinario para que realice alguno de los tests de diagnóstico disponibles.

PREVENCION

Se ha producido un gran avance en la prevención de esta enfermedad al ser posible, desde este año 2012, la vacunación de los perros. Puede encontrar información detallada aquí.

Obviamente, la mejor prevención sería no viajar con el perro a zonas afectadas. Como esto no siempre es posible, hay una serie de consejos que pueden reducir el riesgo de contagio:

  1. Utilizar algún tipo de insecticida con efecto "repelente". Existen en el mercado collares insecticidas y "pipetas" que han probado su eficacia en la reducción del riesgo de contagio. No todos los collares ni todas las "pipetas" sirven a este fin. Consúltenos sobre los producto concretos que se deben utilizar.
  2. Procurar que el perro duerma en el interior de la vivienda, no dejándo que lo haga en la terraza o jardín.
  3. Los mosquitos son más activos al anochecer, por tanto es mejor evitar los paseos a esa hora. El viento es otro de sus grandes enemigos y, por tanto, un día ventoso será menos peligroso para nosotros.
  4. En caso de duda, realizar un test serológico para detectar lo antes posible la presencia del parásito en nuestro perro. La supervivencia de los animales enfermos pero correctamente tratados es muy alta, especialmente si el diagnóstico se hace de manera precoz.

Por último, hay que tener en cuenta que se considera improbable o imposible el contagio "directo" entre un perro enfermo y su dueño. Es necesaria la participación de un mosquito que transfiera el parásito de un individuo enfermo a otro sano.

 

FILARIOSIS O "ENFERMEDAD DEL GUSANO DEL CORAZON"

Como su nombre indica, en este caso el problema que nos encontramos es la presencia dentro del corazón del animal enfermo, de unos gusanos de gran tamaño que determinan graves trastornos a su portador. Como en el caso de la leishmaniosis se transmite por la picadura de otro mosquito y también es frecuente en las zonas templadas de la península.

Afortunadamente no se transmite al hombre y sólo es peligrosa para los perros. Otra similitud con la leishmaniosis es que también cuenta con un largo periodo de tiempo en el que la sintomatología no está presente. Cuando aparecen los primeros signos de enfermedad los gusanos llevan meses asentados en el corazón del perro y sólo entonces éste da muestras de fatiga, tos, etc..

El tratamiento de los animales afectados es posible aunque es un proceso largo, peligroso y que culmina con la eliminación de los parásitos pero no con la curación de las lesiones que estos hayan podido ocasionar.

PREVENCION

Como en el caso anterior, todas las medidas destinadas a disminuir la exposición de los perros a las picaduras de los mosquitos son útiles. Tampoco existen vacunas que inmunicen al animal contra el parásito.

Sin embargo hay una gran diferencia con respecto a la leishmaniosis y que permite evitar la enfermedad. Cuando el mosquito pica al perro, le inyecta bajo la piel unas larvas microscópicas que son las que darán lugar a los gusanos adultos. Estas larvas llamadas "microfilarias" necesitan mantenerse varios meses bajo la piel de su nuevo hospedador para ir evolucionando. Posteriormente emigran a través del torrente circulatorio del perro hasta asentarse en el lado derecho del corazón. Hasta que alcanzan esta localización, al menos tres meses, son de pequeño tamaño y sensibles a algunas sustancias químicas capaces de eliminarlas. El empleo de estos medicamentos después de una posible exposición al contagio evitaría el progreso de la enfermedad en un animal infectado. Se trata de sustancias químicas, inocuas para los animales sanos, que se administran una vez al mes y se presentan como comprimidos o pipetas similares a las que se emplean contra las pulgas.

Más información:

http://www.scalibor.es/

http://es.merial.com/pet_owners/dogs/heartworm.asp

San Sebastián, 5 November, 2019 Si desea más información o necesita alguna aclaración contacte con nosotros en contacto@clinicaercilla.es o llamando por teléfono al 943 21 31 80